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Urticaria a frigore

Urticaria por frío

La urticaria a frigore o urticaria por frío, forma parte de las urticarias físicas y representa el 2-3 % del conjunto de las urticarias crónicas.

Suele afectar a jóvenes adultos y el factor precipitante es el frío (tiempo ventoso y frío, lavado o inmersión en agua fría, ingestión de bebidas o alimentos fríos, contacto con objetos fríos).

Se presenta por la aparición de prurito, eritema, lesiones habonosas y/o angioedema en aquellas áreas cutáneas expuestas a bajas temperaturas. Aunque las lesiones pueden aparecer durante la exposición al frío, lo normal es que éstas se inicien entre los 5-30 minutos de haber cesado aquél (durante el recalentamiento de la piel). En general remiten de forma espontánea en al menos de 2 horas.


 Las urticarias a frigore se clasifican en dos tipos:
1. Primaria: se trataría de una forma familiar, tiene un carácter diferido (9-18 horas) tras la exposición; su carácter familiar viene dado por un tipo de herencia autosómica dominante.
2. Secundaria: suele asociarse a determinadas enfermedades (crioglobulinemia, enfermedad por crioglutininas, criofibrinogenia, hemoglobinuria paroxística por frío, sífilis, rubéola, varicela, hepatitis, infecciones virales respiratorias, mononucleosis infecciosa) o por inducción farmacológica (griseofulvina).

En la mayoría de los pacientes el diagnóstico puede ser hecho mediante la aplicación de un cubito de hielo  en la piel del antebrazo durante 5 minutos (se aplica cuando empieza a fundirse, para evitar lesionar la piel). Entre los 3-15 minutos tras retirar el hielo, aparece un eritema seguido de un habón con la misma forma del cubito depositado previamente. Cuanto antes aparece,  más grave es la urticaria.

Los pacientes deben salir a la calle muy abrigados (guantes, bufandas, etc.), evitar la ingestión de bebidas o alimentos fríos así como la inmersión en agua fría. Normalmente la inmersión en agua >25 ºC no plantea problemas, no obstante es recomendable primero meter la mano en el agua 5 minutos y luego esperar si hay reacción durante 10 minutos antes de zambullirse. Es útil llevar un termómetro digital para líquidos para comprobar que la temperatura no está por debajo de su umbral de reactivación.

En caso de intervención quirúrgica, el quirófano debe tener una buena temperatura ambiente y las transfusiones deben calentarse a 37ºC.

Los pacientes que han sufrido reacciones sistémicas y/o edema orofaríngeo deben ser entrenados en el uso de autoinyector de adrenalina.