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Asma y Deporte

La práctica del deporte, o al menos la realización de una actividad física regularmente, resulta beneficiosa y útil para prevenir múltiples enfermedades. Tiene efectos beneficiosos tanto fisiológicos, mejorando la función cardiorrespiratoria y musculoesquelética, como psicológicos, aumentando la autoestima y la socialización.

¿QUE ES EL ASMA INDUCIDA POR EJERCICIO?

El asma inducido por el ejercicio (AIE), se define por una obstrucción aguda y reversible de las vías respiratorias precipitada por el ejercicio. Esta obstrucción dificulta el paso del aire, produciendo opresión torácica, dificultad respiratoria, accesos de tos y ruidos en el pecho (sibilancias).
Normalmente, estos síntomas se presentan entre los 3 y 15 minutos tras el esfuerzo, produciéndose una recuperación espontánea al cabo de unos 20 a 90 minutos.
Seguidamente aparece un período refractario de 4 a 10 horas postesfuerzo, durante el cual, nuevos ejercicios no desencadenan síntomas de asma.
Algunos asmáticos pueden tener síntomas de asma de 2 a 4 horas después de haber realizado el ejercicio, aunque éstos suelen ser más leves que los producidos durante la crisis inmediata.
La intensidad del AIE es proporcional al grado y duración del esfuerzo. Los ejercicios prolongados e intensos, como la carrera de semifondo, son los más peligrosos, por lo que se recomienda el ejercicio intermitente, aunque sea intenso.
El AIE se puede presentar como único síntoma del asma, sobre todo en niños y adolescentes. En la población juvenil general, que no reconoce ser asmática, la frecuencia del AIE es del 10 al 23%. Aunque, generalmente, aparece como una manifestación más del asma, sobretodo cuando el paciente está mal controlado, con una frecuencia del 70-80%.

¿POR QUE SE PRODUCE?

Las vías respiratorias, además de otras funciones, actúan como un «radiador», calentando y humedeciendo el aire para que entre en las condiciones óptimas al lugar donde debe realizarse el intercambio gaseoso de oxígeno (alvéolos). La causa fundamental del AIE es el enfriamiento rápido e intenso de los bronquios de estos pacientes y la pérdida de agua en la mucosa que los recubre, durante la realización de un ejercicio intenso.
No debemos olvidar que la nariz también forma parte de las vías respiratorias, realizando una importante función. Además de calentar y humedecer el aire respirado, actúa de filtro, evitando la entrada de partículas en el bronquio. Cuando la mucosa nasal se inflama (80% de los asmáticos tienen rinitis), deja de funcionar correctamente y provoca en muchas ocasiones una respiración bucal, facilitando la aparición de crisis de asma. Un mal control de la rinitis (alergias…) se traduce muchas veces en un mal control del asma y una menor tolerancia al ejercicio.

Lógicamente, cuanto más frío y seco sea el aire inspirado, mayor será la pérdida de calor y de agua desde los bronquios y más fácil será la aparición de la crisis asmática. Por eso los deportes como el esquí, tienen mayor riesgo que los practicados en un ambiente templado y húmedo, como la natación en una piscina climatizada.

ASMA BRONQUIAL ALERGICO Y EJERCICIO.

Es importante tener en cuenta, que en condiciones basales, la inhalación de aire frío, así como otros desencadenantes inespecíficos (humo del tabaco, risa, llanto…), pueden desencadenar síntomas de asma.
El paciente con asma bronquial alérgico (80 % de los asmáticos) puede también presentar síntomas de asma, al realizar el ejercicio físico, en lugares donde esté expuesto a aquello a lo que es alérgico. Este es el caso de los pacientes alérgicos al polen que practican deporte al aire libre en los meses de primavera o verano, o pacientes alérgicos al epitelio de caballo que practican equitación. Este factor ambiental no debe pasar desapercibido, puesto que en los pacientes muy sensibles puede ser motivo de crisis asmáticas graves. De ahí que sea tan importante que los pacientes con síntomas sugestivos de asma sean vistos por el Alergólogo lo antes posible, para realizar un estudio de alergia completo, mediante pruebas de función pulmonar y pruebas cutáneas (prick-test).

¿COMO SE DIAGNOSTICA EL ASMA DE EJERCICIO?.

Mediante una historia clínica minuciosa y un estudio de función pulmonar correcto, podremos averiguar si un paciente presenta una obstrucción de sus vías respiratorias durante el ejercicio.
La prueba diagnóstica definitiva es el test de ejercicio, mediante el cual, se determina el grado de obstrucción que se produce en el bronquio después de realizar un ejercicio intenso. Esta prueba puede realizarse en la consulta, haciendo correr al paciente sobre un tapiz rodante o carrera libre durante 6 minutos.
La intensidad del esfuerzo debe ser suficiente para alcanzar y mantener una frecuencia cardíaca sobre el 80% de su valor máximo teórico (220-edad en años). Una vez finalizado el ejercicio, se realizan una serie de espirometrías a los 5, 10, 15, 20 y 30 minutos, mediante las cuales se valora la resistencia al flujo aéreo durante la espiración forzada. El test se considera positivo cuando determinados parámetros espirométricos descienden al menos un 10% del valor basal tras el ejercicio.

¿QUÉ DEBO HACER PARA NO TENER ASMA DE EJERCICIO?.

Para practicar regularmente cualquier deporte, es necesario que el paciente asmático siga correctamente el tratamiento que le haya prescrito su médico. Dependiendo del grado de asma, cada paciente necesitará un tratamiento determinado (corticoides inhalados, broncodilatadores…), con el fin de reducir al máximo los síntomas de asma, tanto en reposo como con el ejercicio.

1. Los deportes más aconsejables son: la natación, por las condiciones medioambientales en las que se practica, los deportes recreativos y de equipo, que permiten una relajación momentánea, y todos aquéllos que no requieran un gran esfuerzo físico.
2. Los deportes que requieren esfuerzo físico intenso y prolongado en el tiempo (carrera de fondo), pueden desencadenar síntomas de asma, especialmente cuando se practica al aire libre; en el invierno por el aire frío, y en primavera por la inhalación de pólenes.
3. En el caso de los niños, el reconocimiento previo es responsabilidad de los padres o educadores. Es necesario, por tanto, que el educador esté informado del problema que padece el niño. Por ello se le debe proporcionar un informe médico, en el que se detalle el tipo de problema y las recomendaciones a seguir.
4. El paciente asmático debe realizar las clases de Educación Física. Solamente durante una crisis de asma (tos, ruidos respiratorios y dificultad respiratoria) deberá ser retirado temporalmente, pudiendo participar posteriormente en las actividades programadas de forma gradual y progresiva. Nunca se debe llegar al ejercicio extenuante y éste debe interrumpirse con la aparición de los primeros síntomas asmáticos
5. Antes de iniciar cualquier ejercicio debe asegurarse de no tener ningún síntoma, y de no padecer ningún proceso infeccioso que pudiera empeorar su asma (infección respiratoria). Así mismo, se evitará realizar ejercicio físico en presencia de otros estímulos que puedan provocar asma (alergenos, humo y contaminación).
6. Llevar consigo medicación que utilizará ante la eventual aparición de síntomas asmáticos.
7. No debemos olvidar que algunos de los campeones olímpicos son asmáticos, entre ellos, Indurain (ciclista), Mark Spitz y Tom Dolan (nadadores).

CALENTAMIENTO Y VUELTA A LA CALMA:

Es muy importante un calentamiento adecuado que incluya movilidad articular, muscular y ejercicios respiratorios, así como carreras con aumento progresivo de la velocidad (distancia de 30-50 m. y descansos de 20-30 seg.) durante 10 minutos observando su propia tolerancia. La inspiración debe realizarse por la nariz y la espiración a través de la boca. Una vez acabada la actividad deportiva es importante hacer un descenso gradual (y no abrupto) del ejercicio durante unos 10 minutos.

TRATAMIENTO.

Tan importante como el precalentamiento es tomar la medicación «PREVENTIVA» cuando se precise, generalmente 15 minutos antes del ejercicio. Los medicamentos con mayor efecto broncodilatador son los llamados ß2 inhalados de acción corta (terbutalina o salbutamol) y los ß2 inhalados de acción prolongada (formoterol o salmeterol). Otros fármacos menos empleados son (cromoglicato, antagonistas de los receptores de los leucotrienos…)
El individuo con asma persistente debe realizar el tratamiento de base adecuado para mantener controlada su enfermedad (corticoides inhalados, broncodilatadores…). Si a pesar del uso de corticoides inhalados, el paciente sigue teniendo síntomas de AIE, será necesario el uso de broncodilatadores antes del ejercicio.
Además del asma, debemos tratar adecuadamente la rinitis (antihistamínicos, corticoides tópicos nasales…), para lo cual será importante averiguar si existe un origen alérgico. La rinitis y el asma alérgico forman parte de una misma enfermedad, y por lo tanto debe ser tratada de forma global mediante evitación del alergeno, inmunoterapia y tratamiento sintomático.
Entre los deportistas es más frecuente el AIE que entre la población general, especialmente en los que mantienes un alto nivel de competición. Los medicamentos habitualmente empleados en el tratamiento del asma tienen distinta consideración según las normas antidopaje, establecidas a nivel internacional.

1. Permitidos: cromonas, corticoides inhalados, antagonistas del receptor de leucotrienos, bromuro de ipratropio y teofilinas.
2. Permitidos sujetos a notificación: ß2 inhalados (se requiere prueba de broncodilatación o una prueba de ejercicio para autorizar su uso, según normas recientes del Comité Olímpico Internacional.
3. Prohibidos: corticoides orales y ß2 por vía oral o parenteral.

¿QUE DEBO HACER EN CASO DE PRESENTAR SINTOMAS DE ASMA DURANTE EL EJERCICIO?

1. En primer lugar debe interrumpirse el ejercicio.

2. Si los síntomas son leves, debe seguir caminando, realizando ejercicios de respiración controlada, haciendo respiraciones progresivamente más lentas y profundas a medida que remiten los síntomas.

3. En caso de que los síntomas sean intensos, deberá administrarse la medicación que tenga prescrita, y a continuación se colocará al paciente en una posición que facilite la respiración (sentado), evitando tumbarlo. Se debe tranquilizar al paciente invitándole a realizar ejercicios de respiración lenta y profunda. En caso de que no desaparezcan los síntomas, deberá ser llevado a Urgencias.

El ejercicio físico constituye un aspecto esencial en la educación global del niño y una actividad saludable del adulto.

El asma en general y el asma inducido por ejercicio, en particular, no deben ser un impedimento para la realización de actividades deportivas, siempre que exista un buen control de la enfermedad.