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Asma y Humo de Tabaco

El consumo de tabaco produce unos 4 millones de muertos cada año en el mundo, y está relacionado con distintas enfermedades respiratorias, como el Enfisema Pulmonar y la Bronquitis Crónica, enfermedades cardiovasculares como la Hipertensión Arterial y el Infarto de Miocardio, o con hasta 12 tipos diferentes de Cánceres. Estas enfermedades se producen, tanto en la población que fuma, como en los fumadores pasivos, en los que está aumentada la Cardiopatía Isquémica y el Cáncer de Pulmón.

Es por ello que el consumo de tabaco y la exposición al aire contaminado por huno de tabaco constituyen, por sí mismos, la mayor causa de morbilidad prevenible, así como de enfermedad y muerte prematura en los países desarrollados.

En España fuma un 34,4% de la población general, lo que significa que la prevalencia del tabaquismo ha disminuido en los últimos años. No obstante hay datos negativos en esta aparente mejoría como son que ha descendido la edad de inicio de los jóvenes en el hábito del tabaco, que se sitúa en torno a los 13 años, y la progresiva incorporación de las mujeres adolescentes al consumo de tabaco, a un ritmo superior al de los varones(1).

EL HUMO DE TABACO COMO RIESGO SANITARIO.

El humo del tabaco está compuesto por una corriente principal, que es la directamente inhalada por el sujeto, y la corriente secundaria, que se genera mediante la combustión espontánea del cigarrillo. Ambas corrientes contienen unos 4000 componentes tóxicos, de los cuales al menos 60 son cancerígenos. Estos últimos parecen más concentrados en la corriente secundaria. El aire contaminado con humo de tabaco contiene humo proveniente de ambas corrientes, la corriente secundaria y el aire exhalado por el fumador.

La exposición al humo del tabaco se produce tanto en el domicilio, como en lugares de trabajo y sitios y transportes públicos. En el caso del feto, la exposición al tabaco se debe al tabaquismo materno fundamentalmente. La población infantil está sometida a un riesgo especial debido a una mayor susceptibilidad a sus efectos. En España se estima que más de la mitad de los niños están expuestos a humo de tabaco en sus casas(2).

ASMA Y AIRE CONTAMINADO POR HUMO DE TABACO.

Independientemente del efecto del tabaco sobre los pulmones y el desarrollo de enfermedades respiratorias típicamente relacionadas con el tabaco, como son el Enfisema, la Bronquitis Crónica o el Cáncer de Pulmón, los efectos perniciosos del tabaco sobre el sistema respiratorio afectan también a personas con enfermedades respiratorias no relacionadas inicialmente con el tabaco, pero cuya evolución sí que puede estar marcada por la exposición a humo de tabaco. En ese sentido, el Asma es una enfermedad compleja donde el tabaquismo no es el agente etiológico más importante. Estrictamente hablando, el Asma no parece una enfermedad originada por el tabaquismo. Sin embargo la exposición al tabaco si que influye en su frecuencia y, sobre todo, en su evolución.

A continuación vamos a resumir los principales efectos del humo de tabaco sobre el Asma y las enfermedades alérgicas en general. En primer lugar se analizan los efectos del tabaco en el desarrollo de Asma y alergia, tanto en adultos como en niños, y en segundo lugar analizaremos los efectos del aire contaminado con humo de tabaco en personas ya diagnosticadas de Asma.

1. Exposición a humo y desarrollo de Asma y Alergia.

En este apartado vamos a diferenciar los efectos del tabaco sobre la población adulta y sobre la población infantil, dado que éste parece diferente, posiblemente por una mayor susceptibilidad a los efectos nocivos por parte de los niños.

Exposición prenatal y durante la primera infancia al humo de tabaco y desarrollo de Asma:

El tabaquismo materno es la mayor fuente de exposición a los componentes del tabaco para los niños «in útero», así como durante la primera infancia. Los hijos de madres fumadoras, independientemente que desarrollen Asma o no, tienen unas pruebas de función respiratoria menores en el momento del nacimiento respecto a niños de madres no fumadoras(3).

Además, múltiples estudios epidemiológicos han demostrado que la exposición del niño o del feto al humo de tabaco, especialmente si la madre es la fumadora, es un factor de riesgo independiente para el desarrollo de Asma infantil(4), aunque no necesariamente relacionado con la alergia y posiblemente condicionado por un mayor número de infecciones respiratorias de las que la exposición al aire contaminado con humo de tabaco es un factor de riesgo(5). Este riesgo aumentado de padecer Asma en los hijos de fumadores está directamente relacionado con la dosis de tabaco que fuman los padres(6).

En el último congreso de la Academia Americana de Asma y Alergia (San Francisco, marzo del 2004) se han presentado trabajos que sugieren que el efecto de la exposición «in útero» al humo de tabaco puede persistir al menos una generación. Los hijos cuyas abuelas han fumado durante el embarazo de la madre del niño, tienen riesgo más elevado de padecer Asma Bronquial que si su abuela no hubiera fumado(7).

Por otro lado, en los últimos años se ha descubierto que una convivencia muy precoz, en los primeros años de la vida, con animales domésticos en el domicilio protege a los niños de padecer enfermedades alérgicas. Cuando los padres de estos niños fuman en el domicilio, este efecto protector desaparece(7).

Por ello se puede concluir que el hábito de fumar de los padres, especialmente de la madre, facilita la aparición de Asma bronquial y de procesos alérgicos en los niños. Es especialmente importante evitar el aire contaminado con humo de tabaco en el embarazo o en los primeros años de vida, en aras de una prevención primaria eficaz del Asma Bronquial y alergia en general.

Exposición al humo de tabaco en adultos y desarrollo de asma.

Entre los fumadores adultos no se ha demostrado, al menos tan claramente, una mayor prevalencia de Asma respecto a las personas no fumadoras, al contrario de lo que ocurre con otras enfermedades respiratorias directamente producidas por el tabaco. Aunque las personas que fuman tienen mayor hiperreactividad bronquial inespecífica (espasmo de bronquios producido por inhalación de sustancias irritantes) que los no fumadores, y mayor prevalencia de síntomas «asmatiformes» como son sibilancias (pitidos al respirar), tos o disnea, esto es debido a la inflamación bronquial producida por el tabaco, de distinta naturaleza que la inflamación alérgica o asmática, que tiende a remitir al deja de fumar (al contrario que la inflamación alérgica o asmática)(5).

No obstante, a la hora de interpretar estos datos hay que tener en cuenta que la mayor parte de los asmáticos adultos son personas que han tenido asma en la infancia y que tras un periodo sin síntomas la enfermedad se reactiva. Por eso es difícil saber si los síntomas de asma en la edad adulta corresponden a un asma de inicio reciente, o a un asma de la infancia agudizada, lo que hace difícil la interpretación de los estudios epidemiológicos. En ese sentido, y en contraposición con lo anterior, sí que está claro que en ciertas formas de asma del adulto, el hábito de fumar es un factor de riesgo para su aparición. Este es el caso del asma ocupacional (asma originada en el puesto de trabajo) por alergia a animales de laboratorio, donde las personas que fuman tienen un mayor riesgo de padecer la enfermedad(8).

2. Efectos del humo del tabaco sobre el asma ya establecida.

Exposición al tabaco en niños asmáticos:

En niños asmáticos, al igual que en los adultos, la exposición a aire contaminado con humo de tabaco, es un desencadenante inespecífico de crisis agudas de asma bronquial(9).

En los niños asmáticos el pronóstico es peor a largo plazo si los padres son fumadores. El asma es más grave en estos niños, con mayor necesidad de medicación, visitas a urgencias y hospitalizaciones, así como una menor respuesta al tratamiento habitual.

Hay trabajos que demuestran que si los padres abandonan el hábito de fumar, o evitan que sus hijos respiren el aire contaminado con humo de tabaco, la gravedad de los síntomas disminuye(10).

Exposición al tabaco y asma en adultos.

De forma similar a lo que ocurre con los niños, en adultos asmáticos la exposición directa o indirecta al aire contaminado con humo de tabaco tiene implicaciones en la evolución de su enfermedad: Hay una mayor gravedad de los síntomas, con un mayor número de agudizaciones de asma, mayor riesgo de hospitalizaciones y menor respuesta al tratamiento médico habitual(9).

CONCLUSIONES.

Aunque el asma bronquial no es una enfermedad directamente producida por el tabaco, la exposición a aire contaminado con humo de tabaco, tanto de forma activa como pasiva, es un factor de riesgo para padecer asma.

Este riesgo es especialmente elevado cuando se produce exposición en los primeros años de vida y, sobre todo, en el feto debido al hábito de fumar de la madre.

Una vez desarrollada la alergia o el asma bronquial, la exposición al aire contaminado con humo de tabaco puede desencadenar agudizaciones, aumentar la gravedad, aumentar el número de atenciones urgentes u hospitalizaciones, así como dar lugar a una peor respuesta al tratamiento habitual.

El aire contaminado con humo de tabaco es un factor de riesgo prevenible, que debe ser evitado en lugares públicos y en el trabajo. La elevada prevalencia de asma bronquial en la población general y la influencia del aire contaminado con humo de tabaco en la enfermedad, obligan a respetar los derechos de esta población, que en muchas ocasiones tienen que limitar sus actividades en espacios públicos por ese motivo.

Resaltar la importantísima necesidad de evitar la exposición al aire contaminado por humo de tabaco en mujeres embarazadas y en niños, por su importante efecto nocivo en esta población.

BIBLIOGRAFÍA.

(1) Subdirección general de Epidemiología, Promoción y Educación para la Salud. Instituto de Información SNS. Dirección General de Salud Pública. Encuesta Nacional de Salud de España 2001. Madrid. Ministerio de Sanidad y Consumo 2003.

(2) Muñoz C, Jurado D, Luna JD. Exposición al humo de tabaco ambiental en niños en el medio familiar: creencias, actitudes y práctica de los padres. Prev Tab 2003; 5: 11-18.

(3) Narran JP, Tager IB, Segal MR et al. The effect of maternal smoking during pregnancy on early infant lung function. Am Rev Resp Dis 1992; 145; 1129-35.

(4) Cook DG, Strachan DP. Health effects of passive smoking 10.: Summary of effects of parental smoking on the respiratory health of children and implications for research. Thorax 1999; 54: 357-66.

(5) US Department of Health and Human Services; A report of the Surgeon General: The health consequences of involuntary smoking, Washington DC 1990, US Government Printing Office.

(6) Erika Von Mutius. Enviromental factors influencing the development and progression of pediatirc asthma. J Allergy Clin Immunol 2002; 109: S525-32.

(7) In www.aaai.org/media/news-releases/2004.

(8) En Asthma in the Work Place. Bernstein L, Chan Yeung M, Luc Malo, J, Bernstein D. Ed Marcel Dekker. New York 1993.

(9) En Allergy, Principles and Practice. Adkinson F, Yunginger J, Busse W, Bochner B, Holgate S, Simons S. Ed Mosby. Philadelphia 2003.

(10) Murray AB, Morrison BJ. The decrease in severity of asthma in children of parents who smoke since the parents have been exposing them to less cigarette smoking. J Allergy Clin Immunol 1993; 91: 102-10.

Dr. Antonio Parra Arrondo.
Director Médico de ASGA.